A la vuelta para Uncastillo, en vez de ir por el camino de Pigalo que lleva a la carretera de Luesia, a la altura del puente del Arba, tomamos el camino que pasa por el castillo de Sibirana, luego alcanza y bordea la peña Miserán, y un poco más adelante deja a un lado la fuente del Paco D'Oro, y el cementerio indio; por fin llega a la carretera de Luesia, en la pasada de Canales, a la altura del puente del Riguel.
Ha merecido la pena, pues primero la pista que en su día fue asfaltada, ha perdido la mitad del material y se han formado más agujeros que los que tenía antes. Antes por lo menos se apisonaba de vez en cuando, pero ahora eso no es posible, y da la impresión que transitas por campo a través. Segundo, hemos podido contemplar y disfrutar de las torres de la fortaleza defensiva de Sibirana. Siempre impresionante la forma en la que de pronto aparecen al salir de un recodo del camino.
Pedro nos ha contado que el olmo que a la sombra del castillo sobrevive, es de los más viejos de la comarca. Está realmente vivo, con una frondosidad extraordinaria, tiene las hojas más grandes que yo he visto para un olmo. Es una suerte que sobreviva a la "graciosis".
